jueves, 22 de marzo de 2012

MINISTERIOS LAICALES







PARROQUIA DIVINO NIÑO JESUS
MINISTERIOS LAICALES
RETIRO



LA CELEBRACION ANUAL  DE LA PASCUA DEL SEÑOR.

La celebración del misterio pascual esta en el centro de  de la fe y la vida de la iglesia; es la raíz de todo el año litúrgico.

-HISTORIA:

La historia de los orígenes de la de la celebración de la pascua cristiana es compleja.
Su investigación nos lleva  como en una peregrinación a las fuentes en que todo esta contenido en un único momento celebrativo, como la semilla de ese gran árbol que será históricamente el año litúrgico y mas inmediatamente el triduo pascual.
De este núcleo primitivo que es la celebración anual de la fiesta pascual en un solo día, se desarrollara  la unidad de la pascua en dos direcciones:
-A nivel litúrgico nacen múltiples celebraciones entorno al misterio pascual.
-A nivel doctrinal se profundiza numerosos aspectos teológicos de cuanto se contiene en el misterio de la pascua del señor.

Hay que volver al sentido primitivo del misterio pascual en su unidad característica que podían ser expresadas en estas dos afirmaciones:
-“Cristo es la pascua” o “Cristo es nuestra pascua”, o también “El misterio de la pascua es Cristo”.

La primera expresión nos recuerda el texto de san Pablo:”Cristo nuestra pascua ha sido inmolado” (i Cor 5,7).
Texto que podría ser traducido: “La inmolación de Cristo es nuestra pascua”.

La segunda expresión la encontramos en los primeros textos pascuales, como  en la homilía de Melitón de Sardes donde dice expresamente: “El misterio de la pascua que es Cristo” o también “El Cristo es la pascua de nuestra salvación”.

Así la iglesia concentra  en Cristo muerto y resucitado, la realidad de la pascua, que no es ya  un  selo acontecimiento o un rito que se celebra; sino una persona viviente. Por lo tanto en el señor tenemos la pascua de la iglesia.



Se comprende así por en los textos  liricos de las homilías de los padres se dice por ejemplo; “yo te hablo a ti(pascua) como  a una persona viviente” (Gregorio Nacianceno; oratio in s,Pascha 45,30 pg. 36,664,A).


LAS RAÍCES BÍBLICAS.

Las raíces bíblicas y cósmicas de la celebración litúrgicas de la iglesia, las encontramos a un antes de la narración de los hechos del éxodo, donde encontramos un sacrificio ritual primitivo de la primavera, hecho por los agricultores con la  ofrenda de las primicias del pan ácimo y por los pastores con la inmolación de un cordero.

Estos ritos serán asumidos por Israel para celebrar su pascua histórica con los acontecimientos salvadores del éxodo.
El verdadero  y definitivo sentido hay que buscarlo en Jesús,  que da pleno cumplimiento a  todos los símbolos cósmicos e históricos con su muerte y resurrección.

La pascua del pueblo de la alianza se caracteriza por tres momentos o realidades progresivas.
-La pascua del señor o paso de Yahve  parar salvar a su pueblo: (Ex 12.).
Este texto esta relacionado con una celebración pascual del pueblo con panes ácimos y la inmolación de un cordero. Es el primer significado de la pascua como paso salvífico de Dios que preserva a los primogénitos de Israel del exterminio.

-La pascua o paso de  Israel a través del mar rojo,, cuando  el pueblo milagrosamente escapa del  Faraón y se abren las aguas del mar a su paso (EX 14).
Es el señor que pasa y el pueblo que realiza un paso en el cual  es salvado de la esclavitud, mientras el enemigo con sus carros y caballerosa hunden en el mar rojo.

-La pascua de los judíos:  Los dos episodios anteriores  son conmemorados litúrgicamente por todas las generaciones cada año (Dt 16,1-8), en un rito sugestivo de palabras, oraciones y banquete sagrado que permite a los israelitas de todas las generaciones identificarse con la gracia y la experiencia liberadora de este paso de Dios y de su pueblo (Ex 13,3-10).
Es la pascua ritual que el pueblo de Israel celebrado y celebra todavía.



-LA PASCUA DE JESUS: sobre lo anterior se comprende  el sentido de la pascua de Jesús.
Jesús asumiendo el trasfondo salvífico y algunos elementos rituales de estos tres momentos pascuales, Jesús celebra y vive su pascua, de la que los episodios anteriores son un símbolo y una profecía.


En esta pascua  de Jesús distinguimos tres momentos: los tres  están ligados a aquella frase en la cual san Agustín vislumbraba el sentido genuino de la pascua.” Antes de la fiesta de la pascua, Jesús  sabiendo que rea llegada su hora de pasar de este mundo al padre, habiendo amado a los suyos que estaña en el mundo, los amo hasta el  fin” (Jn 13,1; San Agustín ep, 55,1,2.; Pl. 33,205).

-La celebración de la cena pascual ritual en la última cena,  ya con un sentido nuevo,  unido a perspectiva de su pasión y muerte y a la memoria  que deberán hacer los suyos, en la nueva cena d de  la nueva pascua que asume en parte y cambia la pascua de los judíos.

-La  muerte en la cruz se vislumbra como el cumplimiento de la inmolación del verdadero pascual, según la teología de Juan, y se presenta como inmolación pascual de Cristo en la teología de Pablo.

-La gloriosa resurrección es el verdadero y extraordinario paso de la muerte a la vida,  el éxodo de Cristo al padre.

Los tres episodios constituyen  una indisoluble realidad que resume la pascua del A.T; en las tres expresiones y la proyecta hacia el futuro como pascua de la iglesia.


-La pascua de la iglesia: La iglesia fiel al mandato de su señor celebra permanentemente su memorial, su pascua que es la pascua de su señor, en una memoria litúrgica que es precisamente el memorial de la nueva pascua.
Esta celebración se realiza en diversas expresiones cultuales: con el anuncio de la pascua en la palabra; con la celebración de la pascua en la eucaristía; con la participación en la pascua del señor en el bautismo.



A esta tres celebraciones fundamentales se pueden añadir otras expresiones, como la celebración, primero semanal y después anual, de la pascua de Jesús, la experiencia de una vida pascual, renovada por el espíritu, según el sentido y el dinamismo de los sacramentos pascuales.

La celebración del misterio de la muerte de los cristianos, como una  pascua, un paso, igual a la muerte gloriosa del señor, de este mundo al padre.


LA CELEBRACION PASCUAL EN LOS ESCRITOS APOSTOLICOS-Breves indicios.

En los hechos de los apóstoles y en las cartas de san Pablo recuerda la celebración anual de la pascua, como punto de referencia cronológica del ambiente en que la iglesia vive en sus comienzos (Hc 12,3-4; 20,6). No encontramos elementos validos en la celebración anual de la pascua en las primeras comunidades de los discípulos de Jesús.
Pero se pueden recordar tres elementos:

-Pablo en  1 cor 5,7-8. Hace a alusión a nuestra pascua que es Cristo y pide a los cristianos la pureza del corazón, en la verdad y en la sinceridad, haciendo la comparación con lo que se hacia en la celebración de la pascua hebrea, cuando el pan fermentado era retirado, para quedase solo el pan ácimo.

En la primera carta de Pedro es interpretada como una gran celebración vigilar (anual?) en la cual algunos reciben el bautismo y los cristianos son exhortados a la fortaleza en tiempos de persecución.
Impresiona el tono pascual de este escrito apostólico con sus himnos y exhortaciones.

-Las narraciones evangélicas de la pasión, y en modo particular la de Juan muestran con cuidado los discípulos recordando los episodios de los  últimos días de la vida de Cristo.
Se puede pensar que, por razones psicológicas, cuando los hebreos celebraban  cada año la pascua, para los discípulos de Jesús se acentuaba el recuerdo de cuando sucedió en aquellos  días “·cuando les fue quitado el esposo” (Mc 2,19-20).La lectura gloriosa y litúrgica que Juan propone al narrar la pasión  de Jesús, es ya según algunos autores, “Una memoria litúrgica” realizada por la comunidad y ha  influido notablemente en una posterior memoria  litúrgica anual, especialmente en las comunidades del Asia menos, donde encontramos a los discípulos de Juan entre los obispos que mantienen la tradición de la celebración pascual en los mismos días en que la celebran los judíos.



LA CONTROVERSIA  SOBRE LA PASCUA.

Las primeras noticias de una celebración anual de la pascua nos han llegado a través de una polémica acerca de la fecha de la misma celebración:
Los textos y las fechas:
Eusebio de Cesárea (Historia eclesiástica libro v cc 23-25) este historiador presenta en su narración textos antiguos sacados de fuentes que nosotros ignoramos.
La fecha de la controversia esta fijada hacia finales del siglo II, durante el pontificado del papa Víctor (188-199).
A través de los testimonios podemos remontarnos casi a principios del siglo II para  afirmar que ya entonces existía una tradición acerca de la celebración de la pascua anual en las  iglesias del Asia menor.



TRILOGÍA DEL TRIDUO PASCUAL.


Podemos preguntarnos cual es la teología de este tiempo, especialmente del triduo pascual.
La respuesta es: “Celebramos  la pascua del señor en la plenitud de su sentido salvador”. “Celebramos a Cristo nuestra pascua.”
A cerca de la liturgia de estos días  queremos reflexionar sobre la unidad de la pascua del señor en sus tres momentos fundamentales del triduo pascual:

La iglesia celebra cada año los grandes misterios de la redención de los hombres desde la misa vespertina del jueves “en la cena del señor” hasta las vísperas del domingo de resurrección.
Este periodo de tiempo se denomina justamente “El triduo del crucificado, sepultado y resucitado”. (San Agustín Ep 55,24) Se llama también “Triduo pascual” por que con su celebración se hace presente y realiza el misterio de la pascua, es decir el transito del señor de este mundo al padre.
En esta celebración del misterio por medio de los signos litúrgicos y sacramentales, la iglesia se une en intima comunión con  Cristo su esposo.



En este texto de la sagrada congregación para el culto Divino a cerca de la preparación y celebración de las fiestas pascuales refleja claramente el pensamiento de la iglesia acerca de  actual extensión y contenido del triduo pascual, pero no resuelve  la tensión histórica entre la antigua extensión y denominación del triduo y la actual terminología y caracterización.

En efecto, el texto de san Agustín tan conocido y citado, parece excluir cronológicamente el jueves santo para hacer del triduo pascual la secuencia de los tres días (viernes, sábado, domingo) de las antiguas celebraciones pascuales. Y la referencia a Cristo crucificado, sepultado resucitado excluye claramente una alusión a la cena del cena señor y a su conmemoración litúrgica, que es tardía, respecto a la preparación del viernes y del sábado y la solemne celebración de la noche del sábado y la madrugada del domingo, unidas en un mismo día, el gran día de la pascua.

Si se acoge con docilidad la tradición viva de la iglesia y se valora justamente la celebración del jueves santo, no es suficiente, a nuestro parecer, evocar la importancia de los misterios que esta celebración vespertina conmemora-la institución de la eucaristía y del sacerdocio, el mandamiento del amor fraterno- con un cierto peligro de caer en un devocionalismo sentimental.
Hay que mirar  entonces el carácter típicamente pascual de la cena del señor, celebrada por la iglesia, dentro del dinamismo de la única pascua del señor, con una atención hacia los momentos con que Jesús celebro su pascua  y una coherente celebración de esos momentos en la liturgia de la iglesia.; por que en el corazón  del año litúrgico, el triduo pascual, se conmemora y se hace presente en el memorial litúrgico, los máximos misterios de nuestra redención.

Esta reflexión litúrgica suscita una plena justificación de la visión actual que la iglesia tiene del sagrado triduo pascual y trata de ilustrarla para celebrarla  ahora, como Jesús la vivió en su transito de este mundo al padre, la única pascua salvadora, pascua de nuestra salvación que es el mismo Cristo, en la cena, en la  cruz, en la resurrección.

Tres momentos progresivos entre lazados e indisolublemente unidos que ahora la iglesia celebra al hacer memorial de la cena del señor, de la pasión de Cristo y de su santa resurrección en las tres celebraciones centrales del triduo pascual.


UNA CIERTA SIMETRÍA BÍBLICA:

El misterio de la pascua de Cristo se ilumina a la luz de la pascua del A.T. La verdadera pascua como comentan los  antiguos homiletas cristianos  es  la  de  Jesus.

En la  pascua  del  A.T.  podemos  distinguir  tres  momentos  esenciales.
1-      Es  la  inmolación  del  cordero  cuya  sangre   marcara  las  puertas  de  los  israelitas.
2-      Es  la  liberación  de Egipto  con  el  paso  del  mar  rojo.
3-      Es  la  celebración  litúrgica  de  este  acontecimiento  salvador  que  el  pueblo,  según  la  prescripción de  Yahve,  hará  cada  año,  reviviendo  el  acontecimiento  y  participando  de  la  liberación  de  Egipto.
4-      El  cumplimiento  de  la  pascua  antigua  por  parte  de  Jesús  se  realiza  a  partir  de  este  ultimo  momento  ritual  que  era  la  pascua  celebrada  a cada  año  por  el  pueblo.

La  última  cena,  fuera  o  no  el  sentido  ritual  una  cena  pascual,  tiene  teológicamente   y  existencialmente  para  Cristo  toda  la  densidad  de  una  asunción  consiente  del  misterio  de  la  pascua  antigua  y  de  una  renovación  en  su  muerte  y  resurrección.
La última cena del señor  no es solo la sustitución ritual de la cena pascual de los judíos, sino que es además la anticipación ritual del misterio de su pasión  y el anuncio de su resurrección gloriosa.

El  segundo  momento  de  esta  pascua  de  Jesús  es  su  inmolación  voluntaria  en  la  cruz.  En  el  se  cumple  el  ministerio  del  cordero  inmolado  en  la  pascua  de  los  judíos,  como  apuntan  Juan  y  Pablo,  y  como  ampliamente  comentan  los  padres de  la  Iglesia  al  hacer  referencia  al  capitulo  12  del  éxodo  y  a  la  muerte  de  Jesús  en  la  cruz,  verdadero  sacrificio  voluntario  del  cordero  sin  mancha.


El  tercer  momento  pascual  de  Jesús,  en  simetría  con  las  evocaciones  pascuales  de  Israel,  es  su  resurrección,  verdadera  liberación  d e la  muerte,  autentico  paso  del  mar  rojo,  no  simplemente  de  una  orilla  a  otra.  Siempre  de  una  vida  mortal  como  en  el  caso  d e Israel  y  de  la  vida  mortal  a  la  vida  gloriosa  y  definitiva   en  el  Padre.



Jesús  ha  asumido  ritualmente  la  pascua  de  Israel  y  la  transformada  en  nueva  Sena  d e la  nueva  pascua,  suya  y  de  la  iglesia.  A  cumplido  el  misterio  del  cordero  inmolado  cuya  sangre  libera  por  medio  de  su  muerte  redentora.  A  llevado  a  cumplimiento  el  símbolo  del  éxodo  liberador  de  la  tierra  de  Egipto  en  su  gloriosa resurrección.

Todo  esta  asumido  y  como profetizado  ya  en  la  ultima  cena:  la  inmolación  del  cuerpo  entregado  y  de  la  sangre  derramada;  la  profecía  del  reino  donde  Jesús  convoca  sus  discípulos.  E n  la  otra  orilla  de  la  vida  gloriosa.  Para  beber  el  vino  nuevo  del  Rey.

LOS  TRES  MOMENTOS  DE  ÚNICA  PASCUA.

Dentro  de  esta  simetría  bíblica,  la  Iglesia  renueva  en  el  triduo  pascual  el  memorial  de  la  única  pascua  de  Jesús,  realizada  en  tres  momentos,  consecutivos  e  indisolublemente  entrelazados.

En  el  Jueves  Santo  se  hace  memoria  de  la  cena  de  la  nueva  pascua.
En  el  Viernes  Santo  se  celebra  la  pascua  del  cordero  inmolado.
En  la  Vigilia  Pascual  se  celebra  el  transito  glorioso  de  Cristo,  la  victoria  sobre  la   muerte,  la  realización  completa  del  éxodo  pascual  de  los  Judíos a  la  que  toda  la  Iglesia  participa  ya  mediante  el  bautismo  y  la  Eucaristía,  sacramentos  que  nos  unen  al  crucificado – resucitado.

La  resonancia  pascual  que  tiene  el  jueves  santo.  No  solo  por  que  supuso  en  la  vida  de  Jesús   que  vivió  este  momento  en  trance  “Pascual”  de  pasión  y  d e gloria  vislumbradas;  que  conscientemente  sustituyo  la  cena  ritual  d e una  pascua  antigua  con  la  institución  d e una  cena  nueva  de  la  pascua  definitiva.
El  hacer  esto  como  memorial  mío,  no  se  entiende  totalmente  sino  se  supone  esta  sustitución.

Como  el  mismo  dijera:  “ De  ahora  en  adelante  cuando  celebréis  la  pascua,  celebrarla  como  memorial  mío,  de  mi  pasión  salvadora  “.
A  eso  hace  alusión  el  pan  y  el  vino,  cuerpo  entregado  y  sangre  derramada  para  la  liberación  de  los  pecados  y  la  participación  en  la  alianza  nueva.
La  resonancia  pascual  del  Jueves  Santo  es  también  importante  para  la  Iglesia  que  en  ese  día  puede  acentuar el  sentido  pascual  de  la  Eucaristía,  misterio  de  la  pascua  del  Señor,  síntesis  de todos  los  misterios,  memorial  de  la  pasión  redentora  y  de  la  resurrección  salvadora.

  
La  pascua  ritualmente  debe  empezar  cada  año  donde empezó,  en  el  misterio  del  cenáculo.
La  institución  de la  Eucaristía,  el  nacimiento  del  cáliz,  como  se  llamaba  antiguamente  la  misa  vespertina  del  Jueves  antes  de  que  este  se  incluyera  en  el  triduo  pascual,  necesita  ser  colocada  ahí,  en  ese  marco  de  la  Pascua  del  Señor,  en  esa  referencia  total  a la  pasión  y la  resurrección,  a  la  alianza  y  a la  expiación, a  la  dimensión  eclesial  y  escatológica  de  la  ultima  cena;  para  que  nadie  la  reduzca  en  su  grandeza  total,  nadie  la  utilice  en  un  devocionalismo empequeñecedor, nadie  la  decentre  de su  perspectiva  total  que  es  precisamente  la  pascua;  para  que  sea  siempre  memorial  del  misterio  pascual  de  Cristo.

Si  el  momento  culminante  del  triduo  pascual  es  la  celebración  Eucarística  de  la  vigilia,  cuando  Cristo  resucitado  y  glorioso  se  hace  presente  a la  Iglesia  esposa  con  su  cuerpo  y  su  sangre  gloriosos  transidos  de la  pasión  y  pletóricos  de  la  fuerza  del  Espíritu  Santo,  no  se  puede  olvidar  que  todo  fue  anunciado  en  el  Cenáculo  y  que  la  Iglesia  no  ha  perdido  la   memoria,  sino  que  ha  conservado  en  el  corazón la  palabra  que  permite  celebrar  la  pascua  de  Jesús  con  el  nuevo  rito  por  el  instituido: “Haced  esto  como  memorial  mío”  por  eso  es  sugestivo el  comentario  d e Pablo  a  estas  palabras  que  quiere  hacer  comprensibles  a  los  Griegos  de  Corintios,  que  no  saben  lo  que  es  el  “Zikkaron” bíblico  la  celebración  de  un  memorial: cada  vez  que  comáis  este  pan  y  bebáis  este  cáliz  anunciáis  la  muerte  del  “Kyrios”  del  Señor,  hasta  que  vuelva  ( 1 Co 11,26 ).

Así  la  Vigilia  Pascual  y  el  Jueves  Santo se  reclaman  recíprocamente  y  ambos  se  concentran   en  el  misterio  de  la  Cruz   gloriosa  del  Viernes  Santo,  en  la  inmolación  del  Cordero.

En  la  perspectiva  de  la  Cena,  la  Cruz  y  la  resurrección  están  presentes  en  las  antiguas  homilías  pascuales,  cuando  todo  se  celebraba  en  el  siglo  II  en  la  gran  vigilia   pascual  del  sábado  al  domingo.  


LA  CENA  DE  LA  PASCUA :  ELEMENTOS  PASCUALES  DEL  JUEVES  SANTO.

La  liturgia  de  la  Misa  vespertina  de  la  Cena  del  Señor   es  típicamente   pascual.  La  luz  nos  llega  a  través  de  la  liturgia  de  la  palabra.
La  primera  lectura,  Ex  12,1-8,11-14.  Nos  habla  de  la  Pascua   de  la  inmolación  del  Cordero,  la  que se   hizo  en  Egipto  y  la  que  el  pueblo  tendrá  que  celebrar   como  memorial,  fiesta  en  honor   del  Señor,  de  generación  en  generación.


La  segunda  lectura,  con  el  texto   1 Co  11,23-26,  sobre  la  institución de  la  Eucaristía,  nos  recuerda  el  misterio  de  la  Cena  del  Señor, la  nueva  Pascua,  cuyo  memorial  se  tendrá  que  celebrar  hasta  que  el  Señor  vuelva  en  la  gloria.

La  Cena  de  Jesús  mira  a la  Cruz.  La  Cena  pascual  de  la  Iglesia   ve  ya  la  Cruz  a  la  luz  de  la  Resurrección.  Los  tres  momentos  son  indisolubles.


El  evangelio  de  Juan  13, 115  tiene   también  su  sabor  pascual,  sobre  todo  an  las  primeras   palabras  con que  se  abre  el  capitulo  acerca de  la  Cena:  “ Antes  de  la  fiesta  de  Pascua,  sabiendo  Jesús  que  había  llegado la  hora  de  pasar  de  este  mundo  al  Padre “.

El  paso  de  esta  vida  mortal  a la  otra   vida  inmortal,  es  decir  d e la  muerte  a la  vida,  se  ha  realizado  en la  pasión   y  resurrección  del  Señor.

El  triduo  pascual  empieza  con  este  solemne  anuncio  porque  la  verdadera   Pascua   es  la  pasión y  resurrección   del  Señor,  como  dice  Agustín.
Jesús  celebra  su  cena   con  esta  dimensión  pascual,  Y  así  también  la  actualiza  la  Iglesia  en la misma   vespertina  de  la  Cena  del  Señor.

El  centro  de la  celebración,  la  Eucaristía,  se  carga   en  la  tarde   del  Jueves  de  todo  el  significado  pascual.  El  “ hodie “  el  “ hoy “ que  actualiza  las  palabras  de  la  narración  de  la  institución,  hace  de  esta  celebración    el  memorial  de  la  pasión  salvadora,  pero  con  la  perspectiva  de  una  actualización  del  misterio del  Cenáculo.

Recuerda;  El  Salvador  de los  hombres   celebro  la  Pascua  en  el  Cenáculo  cuando  dio a sus  discípulos   el  misterio  de  su  cuerpo  y  de  su  sangre,  entregándonos así  a  nosotros  la   fiesta  eterna  del  cordero  inmaculado.

Cena  del  Señor,  misterio  de  la  Pascua,  Eucaristía  instituida  como  perenne  memorial  de  la  Pascua  del  Señor,  cada  vez  que  la  celebramos  es  siempre  Pascua,  aun  fuera  del  Triduo  Pascual. Así  lo  afirma   Dídimo  de  Alejandría:   “Celebramos   la  Pascua  cada  año  y  también  cada  día  e  incluso  cada  hora,  cada  vez  que  participamos   del  cuerpo  y  la  sangre  del  Señor.



La  celebración  cotidiana  de  la  Pascua  debe  servirnos  como  continua  meditación  de  todas  estas  cosas.  No  hemos  de  creer  que  estos  días  de  Pascua  sean  tan  fuera  de  lo  común  que  lleguemos  a  descuidar  la  memoria  de  la  pasión  y  de  la  resurrección  que  hacemos  cuando  cada  día  nos  nutrimos  de  su  cuerpo  y  de  su  sangre.  Sin  embargo,  la  presente  solemnidad  tiene  el  poder  de  recordar  a  nuestra  mente  con  mayor  claridad,  excita   con  mas  fervor  y  nos  alegra  con mas intensidad, ya que al celebrarla a distancia de un año nos pone ante la mirada de la memoria de lo que aconteció.
Mas sintético y claro todavía  Juan Crisóstomo:” Cada vez que con conciencia pura a la eucaristía celebras la pascua. Pascua es, en efecto, celebrar la muerte de señor” (Pg 48,870). 



LA PASCUA DEL CORDERO INMOLADO-RESONANCIAS PASCUALES DEL VIERNES SANTO.


La celebración de la pasión del señor en la tarde del viernes santo es el segundo momento de la pascua de Jesús; la inmolación del cordero.

Melitón de Sardes parece hacer presente a Cristo en medio de la asamblea que celebra la noche de pascua el misterio  central de los cristianos y los interpela con esta revelación:” Recibid  la remisión de los pecados. Yo soy vuestra remisión. Yo soy la pascua de la salvación. Yo soy el cordero inmolado por vosotros, vuestro rescate y vuestra vida, vuestra luz y vuestra salvación, vuestra resurrección y vuestro rey (in Pascha, n,.193).

La pascua de Israel se cumple  en la pasión de Jesús. Y el cordero inmolado por los israelitas prefigura a Cristo, cordero inmolado e inmaculado.
El centro de esta  `predicación y de la esta celebración ritual lo tenemos en la proclamación de la pasión de san Juan en el viernes santo.
Con dos anotaciones sugestivas. San Juan ha colocado el misterio  de la muerte de Jesús en el mismo momento de la PRASCEVE, cuando se inmolaban en el templo de Jerusalén los corderos de la pascua de aquel año; así quiere resaltar que Jesús es el cumplimiento de la figura del A,T.

La sangre que brota del costado de Jesús es sangre de expiación y salvación, por que lo da a entender en la finura teológica de sus alusiones simbólicas, ya que Jesús es el cordero, el que quita el pecado del mundo, al que no le quebraran los huesos.




La iglesia presenta ante los ojos de toda la asamblea al crucificado, manso cordero ofrecido por nosotros, llevado al matadero y cargado con nuestros pecados, como se lee en la primera lectura de Isaías que en el cuarto cantico nos presenta al siervo-cordero.
Profecía cumplida. Figura realizada.

El mismo apóstol nos dice:” He deseado ardientemente comer esta pascua con vosotros”.
Comemos, pues, la pascua con Cristo porque el nos apacienta a los que el mismo salva.
Es el autor de la pascua, el autor del misterio. El cumplió llevando a termino la festividad de esta pascua para podernos alimentar con el manjar de su pasión y poder recrearnos con el cáliz  de la salvación”.( Serm 17,A).

La iglesia aunque no  celebre la Eucaristía en la tarde del viernes santo, no se resigna a privarse  de la comunión que la pone en contacto con el misterio de aquel que Pablo llama nuestra pascua inmolada.

LA VIGILIA PASCUAL:EL ÉXODO PASCUAL DE CRISTO Y DE LA IGLESIA.

La perspectiva pascual cambia en la celebración de la resurrección del señor, a partir de la vigilia solemne que es la raíz y el culmen de todo el año litúrgico.
La cena que vislumbraba el triunfo y la inmolación del cordero se convierte ahora en la pascua salvadora, presencia de Cristo resucitado en medio de la iglesia.

Rl punto de referencia pascual es ahora el éxodo, el paso del mar rojo como epopeya salvadora de  Yahve y liberación del pueblo de Israel.
Pero  todo se cumple en Cristo.

Pero había pasado otro mar, el mar de la muerte, y se ha encontrado en otra orilla, la de la vida gloriosa.


Y en la muerte, vencido  a la muerte, como canta la liturgia bizantina.

La precesión nocturna hacia el santuario, precedida por el cirio pascual, como la antigua columna de fuego que guiaba a los Israelitas, es la primera de las alusiones a este hecho salvífico.
El pregón  pascual hace resonar la doble alusión a la inmolación del verdadero cordero, cuya sangre consagra las puertas de los fieles, y la noche de la verdadera liberación de Egipto mediante la resurrección de Cristo.

La tercera de las lecturas  en la liturgia de la palabra es la solemne proclamación del episodio de la liberación de Egipto; episodio que se actualiza con la oración colecta que sigue al cantico de moisés, con una alusión del bautismo, pascua de los cristianos.



San Agustín dice: “ La pascua es decir, el paso que mostros los cristianos celebramos, es aquel que realizo nuestro señor Jesucristo cuando en esta noche, tras su pasión, resucito, pasando así de la muerte a la vida, de los infiernos al cielo. Esta es el paso verdaderamente grande y maravilloso.

En esta misma perspectiva se comprenden las alusiones al bautismo como pascua de los cristianos, paso de la vida caduca a la vida inmortal. Y están expuesta  e las dos oraciones propuestas por la iglesia tras la lectura de Ex 14 en la vigilia pascual.
Lo dice explícitamente el texto majestuoso de la bendición del agua bautismal: “ Oh Dios, que hiciste pasar a pie enjuto por el mar rojo a los hijos de Abrahán, para que el pueblo liberado de la esclavitud del Faraón fuera imagen de la familia de los bautizados…..”.
Esta alusión al éxodo para  por el cumplimento de las figuras en el, paso de Cristo, en su pasión gloriosa, en la victoria sobre la muerte.



Finalmente, la Eucaristía de la vigilia, como hemos aludido, acumula todo el sentido de la pascua:
Desde la   resurrección de Jesús se contempla el misterio del cenáculo.
Desde el crucificado se comprende plenamente el misterio del cordero inmolado.
Y la iglesia esta invitada a celebrar la Eucaristía memorial de la pasión gloriosa, presencia de Cristo nuestra pascua inmolada,  con el cuerpo transido de gloria y la sangre contenida en el cáliz de la victoria pascual.



La vigilia pascual recapitula y contiene en síntesis todo el misterio de Cristo.
Pero  también podemos afirmar que el triduo pascual en la actualidad,  sin perder la unidad del misterios, desglosa los tres acontecimientos que dan sentido pleno a la memoria  de los sacramentos pascuales: La pascua de la cena, la pascua de la pasión, la pascua de la resurrección.
Una concentración que finalmente tiene como punto de referencia aquel que Pablo llama nuestra pascua.
Por que para  los cristianos es alguien y no algo, una persona y no solo un  acontecimiento.



CELEBRACIÓN  LITÚRGICA:



LAS  CELEBRACIONES  DE  LA  SEMANA  SANTA:

Para  completar  la  información  debemos  hablar  aquí  de  otras  celebraciones  que  no  corresponden  al  misterio  pascual  del  Señor,  pero están  insertadas  en  la  Semana  Santa .

EL  DOMINGO  DE PASIÓN  O  DE  RAMOS:

La  primera  parte consta  de  una  monición  que  introduce  la proclamación  del  evangelio  de  la  entrada  de  Jesús  a  Jerusalén,  según  los  tres hipnóticos  en  los  respectivos  siclos.

Sigue  la  procesión  en  honor  de  Cristo  Rey.  Todo  esto  puede  ser  sustituido  por  sencillo  ingreso.

La  segunda  parte  vuelve  a tomar  el  tema  del  siervo  sufriente  en la  primera  lectura  (Isaías  50,4-7),  con  el  Salmo  del  abandono  en  la  Cruz  (Salmo  21,)  la  proclamación  del  signo  cristológico  de  Pablo (Filipenses  2,6-11)  y  la  lectura  de  la  pasión   según  uno  de  los  signoticos  del  respectivo  siclo;  Mateo  (A),  Marcos (B),  Lucas  (C), . El  prefacio  alude  a  la  entrada  de  Cristo  a  Jerusalén.

LUNES,  MARTES  Y  MIERCOLES  DE  LA  ASEMANA  SANTA.

Mantiene  el  carácter  cristológico de  la  cuaresma,  siguiendo  la  lectura  de  las  Semanas  anteriores.  Lecturas  proféticas  de  Isaías  y  evangélicas  de  Juan,  excepto  el  miércoles  cuando  se  narra  la  traición  de  Judas  según  San  Mateo.

LA  MISA  CRISMAL  DEL  JUEVES  SANTO:

Asignada  a  la  mañana  del  Jueves  Santo  tiene  un  carácter  estrictamente  sacerdotal.
La  liturgia  de  la  palabra  se  lee Isaías  61,1  y  siguientes,  sobre  el  mesías  consagrado  por  el  espíritu;  apocalipsis  1,5-7  sobre  el  reinado  de  sacerdote s por  Cristo  Alfa  y  Omega; Lucas  4,16-21  sobre  la  misión  de Jesús  ungido  por  el  Espíritu,  anunciada  en  la  sinagoga  de  Nazaret.

Después  de  la  homilía  siguen  las  promesas  sacerdotales  de  fidelidad  a  su  vocación  y  ministerio.



Se  bendicen  los  oleos  de  los  Catecúmenos  y  de  los  enfermos  y  se  consagra  el   Santo  Crisma.
Es  bello  el  prefacio  de  la  misa,  sobre  el  sacerdocio  de  Cristo  participado  a  todos  los  fieles,  de  modo  particular  con  el  sacramento  del  orden  en  el  que  participan  de  modo  singular  los  presbíteros.



LITURGIA  DEL  TRIDUO  PASCUAL.
La  celebración  del  triduo  Pascual  empieza  en  la  tarde  del  Jueves  Santo  y  se  prolonga  hasta  las  vísperas  del  Domingo  de  resurrección.

JUEVES  SANTO.
·         La  Pascua  de  la  Cena  del  Señor.
·         El  jueves  Santo  celebra  el  misterio  del  cenáculo  que  mira  hacia  la Cruz  y  Resurrección,
·         Jesús  anticipa  su  oblación  en  perspectiva  de  victoria.
·         Instituye  memorial  de  su  sagrada  Pasión.  La  iglesia  cumple  el  memorial  de  este  misterio ritualizando  la  proclamación  de  las  palabras  de  Jesús,  sus  gestos,  la  celebración  Eucarística  y  permaneciendo  en  adoración  de  su  presencia  Eucarística.
MOMENTOS  FUNDAMENTALES  DE  ESTA  CELEBRACIÓN:

1.       Liturgia  de  la  Palabra:  Intima  conexión  entre  las  lecturas  en  pleno  contexto  Pascual:
-Exodo12,1-8,11-14: La  Cena  Pascual  de  Israel
-Primera  Corintios  11,23-26: LA  institución  de  la  Eucaristía
-Juan  13,1-15:  El  mandato  y  ejemplo  del  amor –servicio.


La  primera  Lectura  recuerda  el  ambiente  Pascual en  el  que  se  ha  desarrollado  también  la  Cena  de  Jesús  y  el  carácter  pascual  de  su  inmolación.
La  Segunda  Lectura  trasmite  la  (Paradosis  apostólica acerca  de  la  institución  de  la  Eucaristía  en  clima  d e fraternidad,  en  sentido  Pascual de  proclamación  de  la  Pasión- resurrección-  Parusía .
El  evangelio  de Juan  nos  introduce  en  el  cenáculo  donde  las  palabras  del maestro  tiene  su  realización  en  el  lavatorio  de  los  pies,  ejemplo  de  servicio,  signo  y  anticipación  de  su  amor  hasta  el  extremo,  hasta  el  don  d e la  vida  (Juan  13, 1 ).
El  Lavatorio  de  los  pies:  Siguiendo  una  antigua  costumbre  se  realiza  el  gesto  apenas  leído  en  el  Evangelio  del  lavatorio  de  los  pies , para  expresar  juntamente  el  sentido  de  Kenosis   y   de  caridad  que  es  característico  de  la  Pascua  de  Jesús.
LITURGICA  EUCARÍSTICA:
La  concelebración  de  la  Eucaristía  resalta  la  unidad  del  sacrificio,  del  sacerdocio y  del  pueblo  de  Dios.
La  comunión bajo  las  dos  especies  para  todos  los  fieles  pone  de  relieve  la  plena  participación  en  el  misterio  Eucarístico  del  cenáculo  donde  nace  el  nuevo  pueblo  de  la  nueva  alianza.

LA  RESERVA  DEL  SANTÍSIMO  SACRAMENTO:
El  gesto  funcional  de  conservar  las  especies  sacramentales  para  la  comunión  del  día  siguiente  y  la  tradición  popular  de  la   veneración  del  santísimo  se  transforman  en  un  momento  altamente  significativo  de  profesión  de  fe, de  adoración de  la  presencia  continua  del  Señor  en  si  Iglesia, casi  en  una  continuación  de  la  escucha  de  las  otras  palabras  dichas  por  Jesús  en  la  última  Cerna,  hasta  su  oración  sacerdotal.
Todo  se  realiza  en  solemnidad  en  la  reserva,  con  sobriedad  en  la  continuación  de  la  adoración.


VIERNES  SANTO: Celebración  de  la  Pasión  del  Señor.
La  estructura  actual  fruto  de  una  síntesis  de  diferentes tradiciones,  puede  ser  justificada  de  este  modo:
·         Pasión  proclamada: Liturgia  de  la  Palabra.
·         Pasión  invocada: Oraciones  solemnes.
·         Pasión  venerada: Adoración de  la  Santa  Cruz.
·         Pasión  comunicada:   Comunión  Eucarística
LA  VIGILIA  PASCUAL:  La  estructura  de  la  vigilia  pascual.
Lucernario: Pascua  Cósmica.  El  lucernario con  la  liturgia  del  fuego  y  de  la  luz.
Liturgia  de  la  palabra: Pascua de  la  historia. Proclamada  a la  luz  del  cirio  Pascual.
Ritos  bautismales: Pascua  de  los  neófitos. es  la  Pascua  de  la  Iglesia,  la  experiencia  de  los  brotes  nuevos  en  la  nueva  primavera  del  cuerpo  de  la  iglesia,  el  ingreso  de  los  bautizados. 
Liturgia  Eucarística: Pascua  de  los  fieles.  Pascua  perenne  y escatológica  en  el  encuentro  sacramental  con  la  vida  nueva  en  el  resucitado.
SUGERENCIAS  PASTORALES:
La  celebración  litúrgica  del  misterio  pascual  se  coloca  en el  centro  de  la  vida  misma  de  la  Iglesia  y  es  por  tanto  importante  recuperar  en  la  celebración  de  la  comunidad  aquellas  centralidad  que  le  es  propia,  de  manera  que  le  pueda  marcar  la  vida.
LA  RELIGIOSIDAD  POPULAR  VUELVE  HACER  VIVIDA.
Existe  una  recuperación  de  la  religiosidad popular y  un  retorno  a las  celebraciones  populares  de  la  Semana  Santa.
Puede  ser  un  bien  en  cuanto  crea  un  ambiente  recupera  el  sentido  de  las  masas  populares  y  permite  una  integración  en  celebraciones  mas  congeniales  en  torno  al  misterio  de  la  pasión  del  Señor.


Pero  existe  el  peligro  de  separar  la  liturgia  de  la  piedad  popular y  devolver  a  una  alternativa  que  perjudica  a  la  larga  liturgia  de  estos  días  que  seria  menos  sentida  y  menos  popular  que  las  expresiones  de  la  religiosidad  del  pueblo.
Es  necesaria  una  cierta  integración  inteligente, de  manera  que  se  pueda  organizar  eclesial mente  la  religiosidad  popular  y  se  pueda  eventualmente  integrar  o  proponer  como  expresión  de  una  reutilización  de  cuanto  la  liturgia  celebra  en  el  misterio.



INSTRUCCIONES  PARA  LOS  MINISTERIOS  LAICA LES. 


Nota  introductoria:
En  documento  conciliar   sacrementium  concilium   (SC) y  en  la  instrucción  general  del  misal  romano  (IGMR),  al  referirse  a la  actuación  en  la  liturgia  hablan  de  servicio,  función,  parte,  encargo,  ministerio, ministerio  particular, oficio  (SC 11,14,19,21,26,28; ) y  (IGMR 58-73,127-152 ).
Mirando  las  celebraciones  litúrgicas  de  la  Semana  Santa,  debemos  considerar  como  un  servicio  litúrgico,  funciones,  papeles  que  ayudan  en  la  participación  activa  y  consciente  de  la asamblea  y  en  la  realización  plena  de  la  celebración.
Son  actividades  ejercidas  por  los  fieles,  movidos  por   la  fe.
No  necesitan  el  reconocimiento  de  la  comunidad.
Deben  tener  cierta  consistencia  y  estabilidad (formación,  idoneidad, y  reconocimiento por  el  respectivo  párroco  en  uso  de  su mandato  e  institución  ministerial  para  los  laicos,  según  la  misma  iglesia.  Vistas  como  necesarias  para  la  realización  de  las  acciones  litúrgicas.



DOMINGO  DE  RAMOS
Preparar:
·         Ramos
·         Carbón
·         Incienso
·         Vasija  de  barro  o  turibulo
·         Agua  bendita
·         Cruz  procesional
·         Velas
·         Mesa  pequeña
·         Ornamentos  rojos  (capa o  casulla para  el  sacerdote).
·         Libros  de  los evangelios.


PERSONAL  Y  SERVICIOS:

·         Recogedores  de  los  ramos  (servicio  que  debe  ser  hecho  el  día  anterior).
·         Preparadores de  los  ramos  (separar  los  manojos).
·         Decoradora de  la  Cruz  procesional.  (Colocar  en  el  asta  de  la  cruz  un  ramo  grande  y  bonito).
·         Decoradores   de la  iglesia   (Adornar  la  iglesia  con  muchos  ramos,  creando  ambiente  festivo  y  alegre).
·         Organizadoras  de  la  mesa  pequeña  (preparar  una  mesa,  adornándola,  para  colocar  en ella los  ramos  el a gua  bendita  la  vasija  de  barro  o  el  turibulo  y  el  incienso).
·         Distribuidores  de  los  ramos:  (distribuir  inmediatamente  después  de  la  bendicen   de los  ramos  y  antes  d e la proclamación  del  evangelio).
·         Portadores d e la  vasija  de  barro  o  del  turibulo.
·         Portadores  de  la  cruz  alta  y  ciriales.
·         Organizadores s y  animadores  de  la  procesión  con los  ramos  benditos.
·         Lectores: Diacono.
·         La  historia  d e la  pasión  que  será  leída  en  la  misa  debe  prepararse  y  ser  hecha  por  lectores y  laicos  probos.

  

JUEVES  SANTO:

Misa  Crismal.
Preparar:

·         Todo  los  necesario  para misa:  vasos  con  oleos  perfumes  para  la  preparación  del  crisma, si  el  obispo  desea  hacer  personalmente  la  mezcla.
·         El  pan,  el  vino  y  el  agua  para  la  misa que  serán  llevados  en  la  prosecion  de  los  oleos.

EN  UN  LUGAR  CONVENIENTE  DEL  PRESBITERIO:

·         Una  mesa  para  recibir  los  oleos  colocada  de  manera  que  el  pueblo  pueda  ver  y  acompañar  la  acción  litúrgica.
·         Personal  y  servicios:  sacerdotes  para  acompañar  la  procesión  de  los  oleos.
·         Un  sacerdote  o  diacono  para  llevar  el  oleo  del  crisma.
·         Ministros  para  llevar  los  perfume s y  los  otros  oleos.
·         Fieles  para  llevar  el  pan  y  el  vino  y  el  agua.

MISA  VESPERTINA  DE  LA  CENA  DEL  SEÑOR:
Preparar:
·         Copones  o  vasijas  con  ostias  que  serán  consagradas  para  la  comunión  del  sia  siguiente.
·         Velo   humeral.
·         Capa  fluvial
·         Palio
·         Carbón
·         Incienso
·         Turibulo
·         Antorchas  y  velas
·         Cruz  alta
·         Ciriales

PARA  EL  LAVATORIO  DE  PIES:
·         Asientos  para  las  personas  designadas 
·         Jarra  con  agua  y  platón
·         Toallas  para  secar  los  pies
·         Toalla  (o  gremial  de  lino) para  que  el  celebrante  se  lo  ciña  en  la  cintura.
·         Material  necesario  para  lavarse  las  manos  después  del  lavatorio.

LA  RESERVA  DEL  SANTÍSIMO:

·         Sagrario  o  cofre  para  la  reserva
·         Luces  (velas  lamparillas).
·         Flores  u  otros  ornamentos  adecuados.
  
PERSONAL  Y  SERVICIOS:
·         Personas  designadas   para  el  rito  del  lavatorio  de  pies  (apóstoles )
·         Ministros  que  ayudan  al sacerdote  en  el  lavatorio  de  los  pies .
·         Tocadores de  campana  (durante  el  canto  de  gloria,  se  tocan  las  campanas  que  permanecerán  silenciosas  hasta  la  vigilia  pascual).

ORGANIZADORES  DE  LA  EXPOSICIÓN DEL  SANTÍSIMO SACRAMENTO:

(Santo  monumento).

·         Portadores de  la  cruz  alta  y  ciriales 
·         Turiferario
·         Portadores  de  antorchas – velas a  los  dos  lados  del  santísimo  sacramento.
·         Desnudadora  del  altar: el  servicio  de  la  mesa  debe  hacerse  inmediatamente  después  de  la  procesión  del  santísimo  sacramento.
·         Retiradores  de  las  cruces  del  templo ( sino es  posible  retirar  las  cruces  es  convenientemente  cubrirlas.

VIERNES  SANTO:
Celebración  de  la  Pasión  del  Señor:

Preparar:
·         Ornamentos  de  color  rojo
·         Cruz  alta  (cubierta  con  el  velo;  para  asegurar  el  velo,  usar  alfileres  o  cinta  crepe).
·         Ciriales.
·         Tapete. Almohadas  o  reclinatorios  sin  adornos ( para  la  postración).
·         Misal
·         Leccionarios
·         Manteles
·         Corporales

PERSONAL  Y  SERVICIOS:
·         Preparadoras  del  lugar  para  la  celebración  de  la  pasión  del  señor.
·         Lectores: una  lectura  del antiguo  testamento ( profeta  Isaías) y  las  lecturas  del  nuevo  testamento: epístola  a loa  hebreos   y  la  historia  de  la  pasión  del  Señor.
·         Salmista  o  cantor.
·         Portadores  de  los  candeleros
·         Cargadores  de  crus  para  la  adoración
·         Presentadores  de  la   cruz  para  la  asamblea
·         Organizadora  del  altar  ( servicio  de  la  mesa).
·         Ministros  portadores  del  pan  consagrado  para  la  distribución  a los  fieles.

VIGILIA  PASCUAL:
Resurrección  del  Señor:

Preparar:
·         Para  la  bendición  del  fuego:
-Una  fogata  (en  un  lugar  fuera  del  templo  dond e el  pueblo se  reúne.

·         Cirio  pascual:
·         Cinco  (5)  granos  de incienso; un  punzón .
·         Utensilio  adecuado para  encender  la  vela  con  el  fuego  nuevo.
·         Linterna  para  iluminar  los  textos  que  serán leídos.
·         Velas  para  los  que  participan en la  vigilia  pascual
·         Incienso
·         Turífero
·         Utensilio  para  sacar  las  brazas a encendidas  del  fuego  nuevo  y  echarlas  en la  vasija  d e barro  o  turífero.
·         Antorchas  (acompañaran  el  cirio  pascual).

PARA  LA  PROCLAMACIÓN  DE  LA  LITURGIA  Y  DE  LA  PALABRA:

·         Base  para  el  cirio  pascual,  puesto  junto  a la  mes a  del  palabra.
·         Atril  para  el  cantor  para  que  proclame  el  pregón  pascual  y  para  los  lectores  del  liturgia  de  la  palabra.
·         Leccionarios.
·         Cohetes  y  campanas.
  
PARA  LA  LITURGIA  BAUTISMAL:

·         Recipientes  adecuados  con  agua.
·         Hisopo  o  ramo  apropiado  para  la  aspersión  con  el  agua  bendita.
·         Si  hay  sacramento  de  iniciación  cristiana:  oleo  de  los  catecúmenos, santo  crisma, vela  bautismal. Ritual  del  bautismo.


PERSONAL  Y  SERVICIOS:

·         armadores  de  la  fogata
·         Encendedores  del  fuego  nuevo
·         Portadores  del  cirio  pascual.
·         Portadores  de  las  antorchas  (acompañaran  el  cirio  pascual)
·         Portadoras  de  las  vasijas  de  barro o  del  turífero.
·         Apagadores  y  encendedores  de  las  luces  del  templo.
·         Sonidos  truenos,  relámpagos  y  aleluya  de  Haldel.
·         Cantor  o  cantora  de  la  proclamación  de  la  pascua;  pregón  pascual.
·         Lectores  (no  se  puede  omitir  éxodo  14 , 15 -15,1.
·         Salmistas  o  cantores  para  los  salmos  responsoriales  de  las  lecturas.
·         Preparadoras  del  altar  (accesorios  y  adornos  apropiados  en el  momento  en  que  entonan el  himno  d e alabanza- gloria).
·         Tocadores  de  las  campanas 
·         Lanzadores  de  los  cohetes. ( al  entonar  el  himno  gloria  a Dios, se  tocan las  campanas  y  se  tiran  los  cohetes.)
·         Portadores  de  las  vasijas  con  agua .
·         Organizadores   de  la  procesión  hasta  la  pila  bautismal  o  el  bautisterio.
·         Servidoras  de  la  mesa  del  pan.